La humedad y la temperatura son enemigos silenciosos pero devastadores para los componentes electrónicos. La presencia de humedad en los gabinetes eléctricos puede dar lugar a problemas como:
Corrosión: La humedad facilita la formación de óxido en los componentes, especialmente en los terminales de conexión, lo que puede deteriorar su rendimiento y reducir su vida útil. Así mismo, las conexiones oxidadas se transforman en puntos calientes que pueden hacer peligrar los componentes del tablero y la propia instalación.
Polvo: La humedad puede convertir el polvo húmedo en conductor, ocasionando fugas, que dañan placas de circuitos electrónicos, energizan partes metálicas con fugas que disparan las protecciones diferenciales.
Cortocircuitos: La humedad crea la posibilidad de cortocircuitos y fugas de corriente, lo que puede provocar daños irreparables en los equipos y, en el peor de los casos, incendios.
Mal funcionamiento: Los dispositivos afectados por la humedad pueden experimentar fallos intermitentes o, peor aún, dejar de funcionar por completo, lo que resulta en costosas interrupciones y reparaciones en plantas de procesos o en sistemas de trabajo continuo.
Degradación del aislamiento: Los cables y aislantes afectados por la humedad pierden su capacidad de aislamiento, aumentando el riesgo de accidentes eléctricos.
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